Los gobernadores serán los cimientos sobre los que comenzará a construir la gobernabilidad de su gestión, no todos tendrán el mismo rol en el universo del presidente electo.
Alberto Fernández se respaldará especialmente en cinco de ellos, que serán los protagonistas de la base de sustentación federal que buscará poner en marcha a partir del 10 de diciembre. Uno de ellos es Gustavo Bordet, el mismo que muchos daban como marcado porque no apareció en una foto o por el resultado de la última elección.
El gobernador entrerriano es un hombre prudente, con convicciones apto para dialogar, imposible de quedar afuera de un esquema de poder “peronista” que dé estabilidad a esta nación.
Juan Manzur (Tucumán), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Omar Perotti (Santa Fe), Axel Kicillof (Buenos Aires) y Sergio Uñac (San Juan) son la “primera línea” del albertismo, los elegidos para ordenar la discusión con las provincias. Con ellos, Fernández mantiene línea directa. “Su relación es con Alberto. Lo llaman y él los recibe”, graficó uno de sus hombres de confianza.
Fernández quiere que los gobernadores sean el centro de su gestión. Por eso, antes del cierre de la campaña, firmó un acta compromiso con casi todos los mandatarios peronistas para crear la mesa Provincias En Red, con reuniones periódicas entre los gabinetes provinciales y nacionales, para relanzar las economías regionales y diseñar una agenda de desarrollo federal.
“Será una capital itinerante”, anticipó uno de sus principales colaboradores.
A los cinco que componen la punta de lanza de Fernández se les suman otros 10 gobernadores peronistas y aliados que completan el universo de apoyos y contrapesos que le servirán para ordenar la discusión con el kirchnerismo más duro.
En ese grupo están Mariano Arcioni (Chubut), Sergio Ziliotto (La Pampa), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Jorge Capitanich (Chaco), Ricardo Quintela (La Rioja), Raúl Jalil (Catamarca), Gildo Insfrán (Formosa), Alberto Rodríguez Saá (San Luis), Alicia Kirchner (Santa Cruz) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
Del otro lado estarán los cuatro mandatarios de Juntos por el Cambio: Horacio Rodríguez Larreta (Capital), Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suárez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes), los que desplegarán una oposición “constructiva”. Sin formar parte de este grupo, aunque con una relación distante e “institucional”, aparece el cordobés, Juan Schiaretti, único gobernador peronista que no acompañó a Fernández durante la campaña.
Aquellos que acompañan a diario al mandatario electo describen que la relación con Schiaretti está “rota” porque “jugó en contra” e hizo todo lo posible para que ganara Mauricio Macri. Pese al enojo, cerca del futuro jefe del Estado aseguran que no habrá discriminación.
“El problema lo va a tener él con el resto de los gobernadores. Córdoba siempre se sentó a la cabecera de la mesa, eso no pasará”, describieron allegados al exjefe de Gabinete.
No será el único que tenga inconvenientes con los nuevos habitantes de la Casa Rosada. Larreta, quien aparece como el “heredero natural” de Macri, también deberá prepararse para una relación distinta.
Es que con el bloque de 18 legisladores que tiene en la Legislatura porteña Fernández aspira a transformar al peronismo en una “oposición en serio”. “Le vamos a ver la firma hasta de los vales de la nafta”, exageraron cerca del mandatario electo, aunque fueron firmes para dejar en claro el mensaje. Con Morales y Valdés, en tanto, la relación será “institucional”, publicó La Nación.
Pero, a diferencia de lo que ocurría en tiempos de Cristina Kirchner, cuando se imponía una relación de fuerzas distintas -algunos gobernadores la acusaron de imponer el código del “látigo y la chequera”-, Fernández no romperá puentes, al menos en la primera etapa.
En la Casa Rosada siguen con atención los cambios e ironizan con los primeros movimientos. “Me hace acordar a lo que pasó con Macri en 2015, tiene el mismo discurso”, recordó un hombre que habitará en breve la Casa de Gobierno.
Según los comentarios que reciben cerca de Macri y del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, el encargado de llevar adelante la relación con las provincias los últimos cuatro años, los gobernadores tienen dos preocupaciones: qué rol tendrá en la toma de decisiones la expresidenta Cristina Kirchner y cuál es el plan económico que pondrá en marcha Fernández.
En un principio, a partir de la mesa que se inauguró esta semana para liderar a Juntos por el Cambio en la oposición, con Macri a la cabeza, pero con todos los gobernadores -estuvieron Alfredo Cornejo y Gerardo Morales-, se mostraron como un grupo consolidado, aunque con matices internos, como ya lo hizo público el mendocino.
Con los gobernadores provinciales, ellos son Omar Gutiérrez (Neuquén), Oscar Herrera Ahuad (Misiones), Gustavo Sáenz (Salta) y Arabela Carreras (Río Negro), Fernández aspira a tener una “muy buena relación”. Con Vaca Muerta como tema central, el primer mandatario no peronista al que recibió el presidente electo fue Omar Gutiérrez, que mantiene línea de contacto abierta con Guillermo Nielsen, uno de los nombres que más suenan para ocupar un cargo de relevancia en el equipo económico de Fernández.
Facebook
Twitter
Instagram
YouTube
RSS