El Instituto Robert Koch, encargado del seguimiento y evolución de la pandemia, avisa que la tasa de contagios ha subido de 0,7 a 1 en apenas dos semanas.
Alemania ha registrado un ligero repunte en el número de casos de coronavirus, tras levantarse las primeras restricciones en el país, según los datos facilitados este martes por el Instituto Robert Koch (RKI) encargado del seguimiento y evaluación de la pandemia.
La ratio de contagios, que hace dos semanas era de 0,7 y la pasada del 0,9 ha subido a 1, lo que ha dado un giro ascendente a la evolución de la curva. El presidente del RKI, Lothar Wieler, ha advertido que superar esa ratio, se volvería a una propagación exponencial, por lo que renovó su llamamiento a la población a no relajarse y respetar las medidas de seguridad.
«Este es un llamamiento a que todos mantengamos lo que hemos conseguido, todos juntos lo hemos estado haciendo bien comparativamente», dijo Wieler buscando el aspecto positivo. Apeló por ello a la población a «defender juntos» este «éxito» porque «no queremos que el sistema sanitario se desborde ni más personas que mueran por Covid-19.
Wieler señaló que el factor R0 o número básico de reproducción se ha incrementado en 3 décimas porcentuales en las últimas dos semanas, desde el 0,7 anunciado el 17 de abril, por lo que hay que subir la guardia. Al inicio de principio de la pandemia en Alemania se alcanzó en 3,0, es decir, una persona contagiaba a tres.
En números absolutos el incremento de casos reportados al RKI por los distintos estados federados en las últimas 24 horas equivale a 126 nuevos casos. Se ha pasado de 1.018 nuevos contagios a 1.144. El balance total de contagios es de 156.337 y 138 muertos.
Los Lander más afectados son, por este orden, Baviera, con 41.406 contagiados y 1.681 fallecidos, seguido de Renania del Norte-Westfalia (32.184 positivos y 1.171 muertos) y Baden-Würtemberg (31.196 contagios y 1.269 fallecidos). La ciudad estado de Berlín acumula 5.669 casos y 127 víctimas mortales.
El cambio de tendencia en la curva de contagios era una posibilidad con la que contaban los científicos y las autoridades sanitarias, que previo al levantamiento de las restricciones advirtieron que el éxito cosechado era frágil y el riesgo no había desaparecido. Entre tanto, en todos los estados federados se ha impuesto la obligación de llevar mascarillas en las tiendas y en el transporte público.
«Estamos caminando sobre una capa de hielo muy fina», dijo la canciller Angela Merkel al anunciar su estrategia de salida, que no de las medidas de distanciamiento social y de higiene.
Merkel subrayó que si la población no era capaz de actuar con responsabilidad a fin de preservar el esfuerzo realizado en casi cinco semanas de hibernación social y económica, se echaría marcha atrás.
CAMBIO DE RUMBO
Weiler ha evitado pronunciarse sobre si el cambio de rumbo de la curva de contagios hace conveniente dar una vuelta de tuerca a la desescalada, y dar un paso atrás, pero constató que la lucha contra del Covid-19 está lejos de terminar.
Alemania flexibilizó las medidas adoptadas contra la pandemia la semana pasada, tras cuatro semanas de hibernación social y económica, salvo Baviera, que mantiene el confinamiento hasta el próximo día 10. A partir del 4, sin embargo, se permitirá la celebración de misas en las iglesias, siembre respetando el distanciamiento, y se autorizarán manifestaciones con hasta 50 personas.
La normalidad sigue lejos y la actividad escolar, un desafío para las autoridades ante la dificultad de hacer respetar las medidas de distanciamiento a los niños y la falta de clases y maestros para reducir el número de alumnos en las aulas, no se retomarán antes del verano.
«No habrá clases normales antes del verano, aunque sólo sea por la necesidad de mantener las distancias y las normas de higiene», ha declarado el responsable de Educación de Renania-Palatinado, Stefanie Hubig, tras la reunión mantenida con sus colegas de otros estados federados para pactar de forma coordinada la reapertura de los colegios.
Por otra parte, Merkel, instó este martes a que los programas de reconstrucción tras la crisis del coronavirus se lleven a cabo siguiendo criterios medioambientales y climáticos, para combinar ecología y economía. La canciller hizo estas declaraciones en una intervención por videoconferencia en la segunda jornada del Diálogo de Petersberg, congreso internacional sobre cambio climático que se celebra anualmente en Berlín y en esta edición en formato digital.
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