Fue a cobrar su sueldo al banco y halló sobre el mostrador un fajo de billetes. Sin pensarlo ni un minuto, lo devolvió. «Estoy temblando», contó la jubilada, que ya ha tenido varios gestos para destacar.
La docente jubilada de Diamante se llama Victoria Oglietti, tiene 86 años. «Le decimos Toia», comenzó indicando el músico, escritor y cantautor diamantino Víctor Acosta, de Las Voces de Montiel.
Acosta contó a nuestro medio: «Toia me dice, a mí no me sobra la plata pero ese dinero no es mío. Todavía estoy temblando porque fui a cobrar mi jubilación y vi que era mucha plata y la devolví como corresponde».
El gesto para destacar de la docente jubilada tuvo lugar este miércoles al mediodía. «Cuando llegó al mostrador de la caja del banco, vio que estaban apilados allí varios fajos de billetes y le indicó a la cajera. La trabajadora del banco le dijo que sabía quién se lo había olvidado allí y se comprometió a llamar a la persona que se había olvidado esa plata. Toia se los dio», contó Acosta.
Oglietti cobró su sueldo y acudió a la casa de Acosta, que está a escasos metros del banco diamantino. «Mi esposa siempre la ayuda con todo lo que es tecnología o el cajero. Hoy fue a casa y le pidió a mi señora que se fije si había cobrado bien. Estaba todo perfecto y ahí nos dijo: ‘Estoy temblando todavía’ contándonos lo que le había sucedido».
La docente jubilada de Diamante se llama Victoria Oglietti, tiene 86 años. «Le decimos Toia», comenzó indicando a Elonce.com, el músico, escritor y cantautor diamantino Víctor Acosta, de Las Voces de Montiel.
Acosta contó a nuestro medio: «Toia me dice, a mí no me sobra la plata pero ese dinero no es mío. Todavía estoy temblando porque fui a cobrar mi jubilación y vi que era mucha plata y la devolví como corresponde».
El gesto para destacar de la docente jubilada tuvo lugar ayer al mediodía. «Cuando llegó al mostrador de la caja del banco, vio que estaban apilados allí varios fajos de billetes y le indicó a la cajera. La trabajadora del banco le dijo que sabía quién se lo había olvidado allí y se comprometió a llamar a la persona que se había olvidado esa plata. Toia se los dio», contó Acosta.
Oglietti cobró su sueldo y acudió a la casa de Acosta, que está a escasos metros del banco diamantino. «Mi esposa siempre la ayuda con todo lo que es tecnología o el cajero. Hoy fue a casa y le pidió a mi señora que se fije si había cobrado bien. Estaba todo perfecto y ahí nos dijo: ‘Estoy temblando todavía’ contándonos lo que le había sucedido».
SON GESTOS, DE LOS QUE ESTÁN EN PELIGRO DE EXTINCIÓN
«Toia siempre ha tenido gestos para destacar: ha devuelto plata, otras veces; ha devuelto DNI. Y lo que me consta, es que en esta cuarentena, si bien a ella no le sobra la plata, con el poco dinero que tiene, ayuda a personas que no han podido trabajar», indicó Acosta, al tiempo que entendió: «Es un gesto, de los que están en peligro de extinción. Toia es un gran ejemplo».
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