El médico trabaja en Buenos Aires y lo amenazaron con un cartel que decía: «Decidís vos o decido yo». Presentó la denuncia. A la enfermera, la quisieron golpear en un colectivo de Córdoba. Se suman a otros casos que han ocurrido en el país.
“Buscate otro lugar para vivir. Ponés en riesgo la vida de todos acá. Decidí vos o decido yo». Así se leía en el cartel que le dejaron al médico Agustín D’Angelo, especialista en urología del Hospital Durand de la ciudad de Buenos Aires, por debajo de la puerta de su casa, en Santa Fe y Larrea, este domingo. El lunes, Vadim Mischanchuk, abogado de la Asociación de Médicos Municipales, radicó una denuncia penal por «la posible comisión de actos discriminatorios».
VARIOS CASOS
El de D’Angelo no es una situación aislada. Una médica ya había sido discriminada en un edificio de Amenábar al 1500, Belgrano, así como una enfermera de la localidad de Santo Tomé, en la provincia de Santa Fe. «El miedo y la ignorancia muestran lo peor de algunos individuos», señaló Mischanchuk, quien representa a los médicos de la Ciudad de Buenos Aires como abogado de la asociación que los agrupa.
En La Rioja, esta semana la familia de la médica Claudia Salguero, jefa de Terapia Intensiva del Hospital Vera Barros, recibió un brutal ataque luego de que ella diera positivo en el test de covid-19.
«El domingo llegaba de darle el alta a un paciente en una clínica y me encontré la carta en la puerta de mi departamento», señaló D’Angelo y contó que al principio no le prestó atención «porque estaba muerto de hambre y cansado, pero después me di cuenta de lo grave que era».
D’Angelo llegó a Buenos Aires hace diez años desde su ciudad natal en Concordia, Entre Ríos. Por la tarde, después de su turno en el hospital, solía trabajar en sanatorios privados donde, por la cuarentena, ahora solo asiste si hay que resolver un problema urgente.
«No tengo ni idea quien pudo haber sido, es raro que los vecinos me crucen con el ambo porque en general voy de civil», señaló D’Angelo, que se mudó al edificio hace dos meses, después de separarse de su novia con quien convivía en el barrio de Palermo. «A lo sumo en febrero, antes de que empezara el aislamiento, me habrán visto alguna vez que por andar corriendo, no llegué a cambiarme, pero en general tengo mi ambo en el locker del Hospital y otro en una bolsita en el auto, por las dudas», relató.
DISCRIMINACIÓN
Si bien él no quería denunciar por miedo a que le implicara una dedicación extra a sus largas jornadas de trabajo, «mis colegas me lo sugirieron y hablando con mi padre me terminó de convencer», afirmó el urólogo y advirtió que «ya de por sí es tediosa la situación de estar aislado solo luchando contra tu cabeza todo el día». La denuncia «por posible comisión de actos discriminatorios» está radicada en la Unidad Fiscal Este de la Ciudad de Buenos Aires. «No ganan nada asustándose y tratando de echarnos».
OTRO CASO, EN CÓRDOBA
A pesar de las denuncias, la discriminación se repite en todas las provincias del país: Florencia Maidana, una enfermera de la ciudad de Córdoba, fue agredida verbalmente por el chofer del colectivo que toma todos días para ir a trabajar. Al subir, con el ambo puesto, el hombre le dijo «¿así subís, a contaminarnos a todos?», y contó que «un pasajero casi me golpea».
Maidana, enfermera en un hospital cerca del barrio Nueva Córdoba, volvió a tomarse el colectivo el lunes a la misma hora, y otra vez recibió un mal trato: «me cobró el boleto, no me dejó viajar gratis cuando acá el intendente lo puso gratis para los trabajadores de la salud», señaló y aclaró: «yo sé cuáles son las medidas de seguridad que tengo que tener, además yo también tengo familia, eso es lo que el chofer no entiende».
La enfermera contó que ya llamó a la empresa para averiguar los datos del trabajador que la agredió: «espero que me pida disculpas, y si no, yo voy a denunciarlo», señaló en una entrevista televisiva.
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