«Mi hija se despertó en la madrugada y vio la camioneta de su papá en llamas y un cartel que decía: ‘Chaves, ratas infectadas, vayanse’». El relato es de la médica Claudia Salguero, jefa de Terapia Intensiva del Hospital Vera Barros, en La Rioja, cuya familia fue atacada luego de que ella diera positivo en el test de la Covid-19.
La reacción violenta en la provincia, que solo cuenta con 39 casos, generó el repudio de los gremios y del gobernador Ricardo Quintela, quien horas antes había apuntado sobre la responsabilidad del personal de salud para no contagiarse.
«Los que me conocen saben de mi trabajo, de lo que brindo día a día», lamentó Salguero al relatar a los medios provinciales lo que vivió al recibir el llamado de su hija en la madrugada. El ataque ocurrió en otra vivienda, donde estaba su hija, y no en la que ella cumple la cuarentena sin contacto con su familia.
«El miedo hace que reaccionemos de diferentes maneras, pero a esto no lo entiendo», repudió la jefa de Terapia Intensiva en una provincia que solo tiene 39 casos positivos de contagio. Y agregó que se aisló desde el momento en que se conoció el primer caso con el que ella había tenido contacto.
Tras los ataques a la familia de Salguero, la Asociación de Profesionales de la Salud de la Provincia de La Rioja (Aproslar) repudió la intimidación y exigió al gobierno provincial el urgente esclarecimiento de los hechos. «Sabemos los momentos que atravesamos y cómo impacta en cada uno de nosotros, pero son momentos de enorme madurez y de sabias decisiones que nos lleven a construir un colectivo social con más empatía, compromiso y solidaridad», convocó la asociación profesional.
Por su parte, el gobernador riojano hizo público su respaldo a la familia de la médica, a quien destacó por ser una de las que «está en la primera línea de batalla» contra la pandemia. «Confiamos en el accionar de la Justicia para esclarecer rápidamente este caso», sostuvo el gobernador.
Pocas horas antes del ataque a Salguero, Quintela había sugerido que los médicos de su provincia no estaban tomando las precauciones necesarias para evitar el contagio, declaraciones que provocaron el malestar de la Federación de los profesionales de la salud provincial.
«Que el resto de la sociedad no tenga medidas de seguridad se puede comprender porque no somos expertos en la materia, pero que aquellos que están en el servicio de salud se me enfermen, se nos contagien, es el colmo», había considerado el gobernador, quien ahora se solidarizó con la médica agredida.
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